Acercarse al universo de Teresa es mirarse a uno mismo. Un momento de quietud y paz mental con un ambiente que
parece reverberar los pensamientos: un acercamiento a la introspección de una manera amable, como una tarde en
la playa. Hockney y Hopper serán algunos nombres que resuenan en sus cuadros, pero la voz de Teresa cuenta sus
propias historias.